Lentamente tu mano se desvanece...
Todas las promesas escapan a cada lágrima...
Y me aferro a ver la realidad inexistente
que se desmorona en nuestro cielo...
Todos los ángeles van a otro reino,
llenándolo de ilusiones, otra vez...
Y cuando estás a punto de dejar de creer,
miras la misma sonrisa que ahora es distinta...
Redescubres...
Para amar de nuevo
debes dejar que la mano se desvanezca hasta desaparecer.
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