Si reflexiono sobre mi soledad

Si reflexiono sobre mi soledad
la depresión se arrodilla;
buscando jugar conmigo.

Las lágrimas rencorosas conminan con escapar,
la impotencia se refriega en mi mente
una y otra vez, una y otra vez.

Mi sala es más fría que nunca,
esa música que debería alegrarme no lo hace,
los muebles se tornan más distantes.

Si reflexiono sobre mi soledad
tristemente me doy cuenta
que soy alguien que no vale nada.

Entonces ¿Soy un nadie?

Familia distante, escasas amistades,
sin trabajo fijo, sin bienes materiales,
alguien sin futuro pero arrastrando
sus errores del pasado, asesinando el presente,
viviendo al día en vez de vivir el día,
inmovilizado, con miedo a buscar,
con miedo a encontrar el amor.

Pero...
Al descubrir que no valgo nada
la luz al final del túnel aparece;
si no valgo nada,
no tengo nada de que preocuparme

Si reflexiono sobre mi soledad
me conozco más a fondo
y aprendo...

Aprendo que soy un hipócrita
Porque muchas veces digo un “te amo”,
cuando ni yo mismo me he amado.
Aprendo que debo amarme.

Aprendo que me tengo a mí mismo
y no debo hacerme daño;
no lastimaría lo que amo.
Aprendo que me amo.

Aprendo que el cielo es inmenso
y que yo me encierro
en las paredes de mi habitación.
Aprendo que hay que volar;
Aprendo que el límite a la libertad
se encuentra en el no comprender a la soledad.