Muchas veces nos pasa a todos...
Te pones hasta la madre de alcohol y en las últimas cervezas te gana el asco y vomitas, y ahí te das cuenta de que lo que sale de tu boca (aparte de la chela) es la comida que degustaste sabrosamente durante todo el día y entonces... ¿Cuál es el problema?
Pues simple, si analizas, te percatarás que lo que sacas son pedazos enteros de lo que supuestamente ya digeriste.
Conclusión:
Hay que mascar 32 veces lo que tragamos, es decir, principios de nutrición. ¡Evítense la pena!