Cuando el sol se cobijó

Es tarde cuando el sol se cobijó entre tus brazos.

¿Sabes cuántas veces pregunté “qué tengo que
hacer para que me ames”? No sabía amar y lloraba que te amo.

Es tarde cuando el sol se cobijó entre tus sueños.

Solía dar todo por sentir tus labios susurrando junto a los míos, hasta lo que no tenía. No sabía que tu boca era de otro y no me pertenecía.

Es tarde cuando el sol se cobijó entre tus senos.

Quise conquistar tu alma y seducirla, porque tu cuerpo nunca estuvo cerca de ser mío.

La mirada fría, clavada en las grietas del espejo roto...
Te respiro por última vez y poco a poco me arranco del letargo...
Estoy enfermo de ti y no por ti.

Es tarde cuando el sol se cobijó entre tus brazos y la última lágrima hace mucho que cayó.

A Dawson, Marco, Tomás y bueno, a Rulo de pasada y a mí...

¿Cómo lo haces?

Ese jueves pensé que sería
como todos los aburridos días
ver las caras conocidas
regalando las mismas sonrisas.

Y llegaste y te odié...
¿Cómo alguien tan hermoso
podía ser tan arrogante?
“¿Estás enojada?” Te pregunté.
“No, yo soy así” Me dijiste mientras me apartabas de tu mirada.

Las horas nos cobijaron,
las risas no tardaron en acompañarnos
y la luz de tu belleza me comenzó a irradiar...

¿Cómo lo haces?
Con sólo escucharte reír,
me haces sentir tan feliz
y me lleno de una extraña ilusión.

Eres de cristal,
como el color de dios
Tu voz encierra capricho
“Ven, no me dejes sola...
Aléjate, quiero estar sola”
Y tus ojos...
Amo tus ojos,
Tu mirada me dijo “acércate” y yo lo anhelo, pero... ¿Cómo lo hago?

¿Por qué olvidar...?

¿Por qué olvidar que nos amamos?
¿Por qué buscar hacernos daño?
Hubo un tiempo en que todo era caricias y frases de amor...
¿Por qué buscar llenarnos de dolor?

Te gustaba mi cuerpo,
te gustaban mis besos,
te gustaba como te hacía el amor
y ahora...

Me dices frígida,
que ya no te hago vibrar,
que ya no te excito,
que me has dejado de amar.

¿Por qué no reconoces que el error es de los dos?
¿Por qué he de ser yo la culpable?
Hubo un tiempo en que yo era todo para ti...
¿Por qué ya no quieres que amanezca junto a ti?

Te encantaban mis senos,
compartíamos un sueño,
gozamos de muchas "primera vez",
Y ahora ya no me quieres ver.

Me haces sentir responsable,
de romper nuestra relación,
eres un puto cobarde
que no quiere enfrentar la situación.

Si no quieres olvidar...
Yo no te voy a rogar.

¿A qué sabe la muerte?

¿A qué sabe la muerte?
Al frío y brilloso metal que conmina a enterrarse a tus venas,
Al temblor en la espalda al sentir una pistola en tu pecho,
Al polvo blanco que entra en tu nariz y embrutece tus neuronas,
Al alcohol que envenena tu sangre y te quema por dentro,
A la defensa cromada que amenaza con estrellarse sobre ti,
A los miles de rencores que se anidan y ensombrecen tu corazón,
A las ocho horas de tu vida que te compran por un sueldo,
A la eterna frustración de querer ser y no poder,
A las mujeres que has engañado y lastimado,
A los amigos que has abandonado,
A los miles de problemas imaginarios que te invaden,
A vejez espiritual,
A no saber sonreír.

¿A qué sabe la muerte?
A no saber vivir.

PADRE NUESTRO en las calles de la Ciudad de México.

PADRE NUESTRO (Mi primer corto realizado) va a recorrer la Ciudad de México, dentro del Festival "El Cine a las calles", no sé que tan malo o bueno vaya a ser este festival, pero es muy reconfortante ver participar a mi "primogénito". Más información en www.elcinealascalles.com.mx

"Se fini"

No me interesan los “¿por qué?”
Cuando lo único real es que tú te alejaste,
He aprendido a hacerme a un lado...

Ya no puedo mendigar amor,
Sé lo que puedo dar
Y no me voy a preocupar
Por lo que pudiste entregar.

Sin embargo, no puedo ocultarlo,
No soy rencoroso pero no olvido,
Me dolió la indiferencia,
Después de sentir tus labios...
Me reconfortó la fuerza,
para no hacerme más daño,
y sanar...

No sé si todo terminó,
no sé si cerró el círculo,
pero no voy a pasar la vida
atormentándome por lo que no fue,
extrañando tu cuerpo,
atormentándome en mis sueños.

Sí llegara a ser, bienvenido...Y si no, pues... “se fini”.